La verdad histórica se difunde en libros donde se vuelcan pruebas fehacientes y no simples conjeturas, producto de sueños intrigantes y sin respaldo.
Si bien ya conocíamos el libro del señor Presidente del Centro de Estudios Gardelianos, don Enrique Espina Rawson, ahora debemos dar la grata noticia de que el próximo lunes 16 de marzo, saldrá a la venta y estará en las librerías Cúspide y Yeny, la SEGUNDA EDICIÓN del libro "Disparen sobre Gardel", un alegato a la defensa de la VERDAD HISTÓRICA y un claro mensaje que demuele la falsa fábula que comenzaron, cuando ya habían muerto todos los protagonistas que podía refutarla, Avlis, Bayardo y sus acólitos más recientes,
De esa SEGUNDA EDICIÓN de "Disparen sobre Gardel", tomamos este fragmento:
Si bien ya conocíamos el libro del señor Presidente del Centro de Estudios Gardelianos, don Enrique Espina Rawson, ahora debemos dar la grata noticia de que el próximo lunes 16 de marzo, saldrá a la venta y estará en las librerías Cúspide y Yeny, la SEGUNDA EDICIÓN del libro "Disparen sobre Gardel", un alegato a la defensa de la VERDAD HISTÓRICA y un claro mensaje que demuele la falsa fábula que comenzaron, cuando ya habían muerto todos los protagonistas que podía refutarla, Avlis, Bayardo y sus acólitos más recientes,
De esa SEGUNDA EDICIÓN de "Disparen sobre Gardel", tomamos este fragmento:
< Borges ignoraba muchas cosas sobre Gardel, pero, curiosamente, siempre creyó y dijo QUE GARDEL HABÍA NACIDO EN FRANCIA, cosa que en general sabían todos los hombres de su tiempo.
No es necesario citar todas las veces que manifestó esto, y me remitiré al prólogo que escribió para "Tango que me hiciste bien", Editorial Andrés Bello, edición chilena de 1985, en conmemoración del cincuentenario de la muerte de Gardel.
Dice puntualmente Borges: " Carlos Gardel (cuyo verdadero nombre fue Charles Gardes), nació en 1890 en la antigua capital de Aquitania, Toulouse, que dio al estudio del Derecho Romano el agudo y erudito Jacques de Cujas, y a nuestra lengua el gran prosista Paul Groussac".
Queda demostrado así lo que realmente creía Borges sobre el lugar de nacimiento de Gardel. También desnuda, además de la increíble torpeza y falta de escrúpulos de quienes pergeñaron esta maniobra, la carencia absoluta de pruebas de quienes fogonean la conspiración del Gardel uruguayo.
Deben tramar todo este innoble enredo como marco para invocar falsamente a dos personas fallecidas, Lanza y Borges, y así intentar sumar una opinión que, al fin de cuentas, nada significaría en la práctica.
Esta empeñosa tarea de acumular opiniones, generalmente falsas o incomprobables, demuestra la futilidad de la estrategia uruguaya en esta materia, ya que al parecer, sus mentores están convencidos que el acopio de dichos de terceros puede llegar a cambiar la realidad establecida en sede judicial.
Pero esta ha sido, desde siempre, la actitud de los teorizadores orientales: juntar cositas de aquí y de allá, partículas de verdades, medias palabras o deshonrosas comedias mal urdidas, como en este caso, imaginando que el acopio de todo este cachivacherio constituye un capital >
Enrique Espina Rawson
No es necesario citar todas las veces que manifestó esto, y me remitiré al prólogo que escribió para "Tango que me hiciste bien", Editorial Andrés Bello, edición chilena de 1985, en conmemoración del cincuentenario de la muerte de Gardel.
Dice puntualmente Borges: " Carlos Gardel (cuyo verdadero nombre fue Charles Gardes), nació en 1890 en la antigua capital de Aquitania, Toulouse, que dio al estudio del Derecho Romano el agudo y erudito Jacques de Cujas, y a nuestra lengua el gran prosista Paul Groussac".
Queda demostrado así lo que realmente creía Borges sobre el lugar de nacimiento de Gardel. También desnuda, además de la increíble torpeza y falta de escrúpulos de quienes pergeñaron esta maniobra, la carencia absoluta de pruebas de quienes fogonean la conspiración del Gardel uruguayo.
Deben tramar todo este innoble enredo como marco para invocar falsamente a dos personas fallecidas, Lanza y Borges, y así intentar sumar una opinión que, al fin de cuentas, nada significaría en la práctica.
Esta empeñosa tarea de acumular opiniones, generalmente falsas o incomprobables, demuestra la futilidad de la estrategia uruguaya en esta materia, ya que al parecer, sus mentores están convencidos que el acopio de dichos de terceros puede llegar a cambiar la realidad establecida en sede judicial.
Pero esta ha sido, desde siempre, la actitud de los teorizadores orientales: juntar cositas de aquí y de allá, partículas de verdades, medias palabras o deshonrosas comedias mal urdidas, como en este caso, imaginando que el acopio de todo este cachivacherio constituye un capital >
Enrique Espina Rawson
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario