jueves, 9 de diciembre de 2010

GARDEL – NACIONALIDAD


.DETERMINISMO GEOGRAFICO O ENTIDAD GENUINA
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A raíz de la publicación en la página http://crgardel.blogspot.com, titulada “GARDEL - NULIDADES DOCUMENTALES Y PRETEXTOS”, un forista del sitio "TODO TANGO", dedujo que, al ser auténtica la nacionalidad francesa de Gardel, éste deja de SER (1) argentino. En consecuencia saca la conclusión que es falsa, entonces, la forma en que lo cataloga la UNESCO, como "Cantor argentino nacido en Francia".
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Desde el punto de vista de las formalidades legales, si se lleva adelante la iniciativa de anular, por falsedad manifiesta el “SALVOCONDUCTO” N° 10052/20 , que fue el instrumento de origen del cual emanó la documentación posterior, se habilitaría la discusión, sobre la legitimidad de su ciudadanía argentina, o caducaría automáticamente.

Creo, sin embargo, que es una cuestión, sin entidad suficiente para abrir un debate y que el tema transita por otro andarivel.

Para mi exclusivo juicio, la denominación de la UNESCO amerita una sola interpretación. Dejando por un momento la “juridicidad,” voy a fundamentar aquella frase popular: “UNO NO ES DE DONDE NACE SI NO DE DONDE SE HACE”
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Por lo tanto, considero que esa inquietud, manifestada por el citado “forista”, tiene dos vertientes.
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a) Una, resulta de su pertenencia geográfica, que no deja de ser un accidente biológico y fortuito, que se inscribe en la formalidad de los hechos objetivos, documentados.
No hay duda que en su vida terrena, salvando la registración fraguada, era francés, como única constancia legitima. Si hubiera formalizado su Testamento ológrafo, en vida, automáticamente, caían sus otras nacionalidades sustitutas, incluida la Argentina. Pero como esto ocurre a 75 años de su desaparición física, amerita todo un debate jurídico.
b) La otra vertiente, tiene connotaciones ontológicas y tiene que ver con el SER, en toda su dimensión y sus propiedades trascendentes.No hay duda entonces, que entramos en un terreno de elación, donde la condición humana se eleva sobre las meras circunstancias terrenales. Pasa a ser – por lo tanto - una cuestión metafísica.La dimensión histórica en Gardel, queda impresa, más allá del acto formal y administrativo. Su identidad artística, inconfundiblemente argentina y su profundo sentimiento criollo, lo sitúa como un compatriota, intransferible y arquetípico.
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Por último, el nacimiento es un mero hecho biológico accidental lo mismo que el lugar territorial, donde no interviene la decisión deliberada del sujeto; su libre albedrío. Por contraste, la ciudadanía, formalmente, ilegal o no, comporta un compromiso constitucional, solemne de servir a la patria; en este caso la República Argentina. No es un mero trámite; es un acto volitivo que entraña una profunda convicción, al asumir obligaciones, hasta las últimas consecuencias, sin contrapartida o beneficio.

A los efectos prácticos de su actividad profesional, era irrelevante. Se manejaba con su Pasaporte y o CÉDULA.
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Personalmente me inclino a pensar que, por la elección de su lugar de residencia, como por el amor y el apego que trasuntaba su trayectoria artística, inconfundiblemente argentina, la decisión le venia desde su temprana niñez y su educación cívica.
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Es más, Gardel forjó una formidable personalidad que, después, en una curiosa transmutación, vino a caracterizar al hombre porteño. Fue su arquetipo fundacional, que resumió en él, la multiplicidad étnica e idiomática diversa que trajo el componente inmigratorio y, luego lo forjó en el "SER" argentino.
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Ocurrió, en ese instante mágico e irrepetible de los inicios del alumbramiento. Fue cuando las proas vinieron a fundarme la patria, parafraseando a Jorge Luis Borges, en un poema memorable.

Juan C. Esteban

(1) Subrayo de propósito el verbo “SER”, por su significado filosófico, que se desarrolla en el punto b).

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