miércoles, 10 de junio de 2009

GARDEL - LOS HIJOS PUTATIVOS Y LA VERDAD


Por fin salieron a la palestra los "fabulists boys". ¿Les habrán tocado algo muy íntimo?

No conformes con la canallada “del Oso” en Montevideo, ahora pretenden embarrar – como siempre - la cancha, frente al fallido intento de violar la entrada del Mausoleo de Carlos Gardel en la Chacarita. Lo hacen desde un desvalorizado e ignoto sitio, regenteado por un nick de terror, incorporado a la "Triple Alianza".

No he leído que en algún momentos los cabecillas del injurio oriental a Carlos Gardel y a sus seres queridos, hayan censurado estas actitudes. ¿Raro verdad? Mi abuelo decía: “No se ensucia, donde se come”.

La Fundación Carlos Gardel de Tacuarembó, la Academia del Tango, la Federación Uruguaya del Tango (FUTANGO, Joventango, la Fundación “Julio Sosa” de Las Piedras, la Asociación Civil “La Junta” de Montevideo, otras más y los consabidos defensores de pleitos perdidos, se han llamado a silencio, llegado el momento de censurar lo que nadie discute – quizás menos ellos – es censurable.

Utilizando los mismos métodos que emplean “Los muchachos de la 18 de julio” , se puede decir que “llama la atención” ese silencio que parecería encubrir una propia obra; todo esto dicho – repito – siguiendo los mismos métodos utilizados por los hijos putativos del Dream Team.

A propósito de este “apelativo globalizador”, esos puros y castos señores y señoras, Reyes de la afirmación sin pruebas, dicen “Es notable la cantidad de veces que aparece en el buscador de la página este EPÍTETO vinculado al nombre de José Aresi, su autor.” ¡Zas ya me la encajaron! Pregunto yo: ¿Qué tienen conmigo? Les duele que permanentemente los desenmascare?.

Evidentemente esta gente dice cualquier cosa, pues no se podría sanamente considera EPITETO, como ellos lo hacen, a la calificación de “HIJOS PUTATIVOS”, cuando la Real Academia define al adjetivo “putativo”, como: “Reputado o tenido por padre, hermano, etc., no siéndolo”. ¿Dónde está entonces mi ofensa?. Más bien pienso que lo que hacen ellos al injuriarme, es llorar por sentirse incapaces de hacer honor a la condición de “reputados”., cuyo singular el diccionario define, como “Reconocido públicamente como experto en una profesión”. Pobres ..... ¡Siempre quedan descolocados!
Jamás chequean lo que dicen y “largan al voleo” cualquier conjetura. Precisamente por eso no son creíbles. ¡Son amateurs de Esopo!, a los que no les conviene hacer bien los deberes.

Es inadmisible que vuelvan a fabular, ahora contra el Centro de Estudios Gardelianos, cuando éste fue la única entidad con Personería Jurídica, que llevó y concretó ante la justicia argentina, el pedido de ADN de los restos de Carlos Gardel, en tiempos en que aún no tenía el orgullo de ser el custodio de una Gloria Argentina, como lo es nuestro Zorzal, valorado por la UNESCO como “cantor argentino nacido en Francia”

Les pido humildemente que no fabulen más. Que junten todas las prueban que tienen como aval de sus decires y se presenten ante la justicia uruguaya, argentina o INTERNACIONAL, para hacerlas valer.

Nosotros tenemos varios documentos y evidencias que prueban que Gardel nació en Francia y el TESTAMENTO OLÓGRAFO, convalidado por la justicia uruguaya y la argentina, fue además perfectamente peritado para darle, aún más valor probatorio, del simple y llano decir de un hijo frente a la vida, por eso es de muy baja estofa o calidad humana, tratarlo de "testatrucho ológrafo". ¡No tienen vergüenza!.

Sean dignos, no insistan con esto. No sean caprichosos. Si no quieren reconocerlo, allá ustedes; pero no traten de confundir a la gente que busca inocentemente por Internet, la verdad.

Para terminar, apunto otra mentirita que estas personas escondidas tras un nich, dicen cuando escriben “Llama la atención el hecho que desde que el CEG se ocupa de la custodia del mausoleo de Gardel éste haya sufrido dos intentos de profanación”

Sepan que ésta es la primera vez que se pretende hacer “saltar” la cerradura, pero por suerte el C.E.G. ya había tomado las medidas necesarias para que una tal eventualidad, fracasara.
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José Pedro Aresi


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